Meta Ray-Ban Display y Neural Band: así son las primeras gafas de Meta con lector de pantalla y función de Zoom

En la imagen se muestra un conjunto formado por unas gafas inteligentes y una pulsera de control, ambos con un diseño moderno, técnico y sofisticado. Las gafas Meta Ray-Ban Display • Montura: De estilo Ray-Ban clásico, con forma cuadrada y robusta. La parte frontal es negra brillante y bastante sólida, transmitiendo resistencia y un aire tecnológico que rompe ligeramente con la elegancia discreta de unas gafas de calle tradicionales. • Patillas: Más gruesas de lo habitual en unas gafas convencionales, con un acabado en degradado metálico que pasa de un tono negro a un gris acerado con reflejos cobrizos. En la unión de la patilla con la montura aparece grabado el logotipo de Meta (∞), muy visible, reforzando la identidad tecnológica. • Componentes integrados: Se distingue claramente una cámara frontal en la esquina de la montura, junto a la lente derecha, diseñada para capturar fotos y vídeo. También se aprecian posibles micrófonos y sensores en las patillas, así como las bisagras reforzadas para sostener la electrónica. • Lentes: De color azul oscuro con efecto ahumado, aportan un estilo moderno y urbano. Reflejan la integración de una pantalla interna que pasa desapercibida desde el exterior. La pulsera Meta Neural Band • Diseño: De aspecto minimalista y técnico. Está fabricada con una malla texturizada de material sintético (probablemente Vectran), en color negro mate con ligeros brillos metálicos. • Cierre: Sistema de ajuste similar al de algunas pulseras deportivas, con un pasador integrado que se inserta en las ranuras para adaptarse a la muñeca. • Módulo central: Sobresale ligeramente en la parte superior de la pulsera, con un pequeño LED o botón de estado visible, que delata su naturaleza electrónica.

Desde el lanzamiento en 2021 de aquellas Ray-Ban Stories que definieron el camino incorporando cámara y audio “manos libres”, Meta ha ido perfeccionando su fórmula: llegaron las Ray-Ban Meta, con más funciones (entre ellas la inteligencia artificial de Llama) y, hace unos días, en el evento “Meta Connect”, se presentó una segunda generación más afinada en autonomía, micrófonos y estabilidad. En paralelo, y mejorando a las Oakley Meta HSTN, aparecieron las Oakley Vanguard orientadas a un uso deportivo y al aire libre. Ese recorrido (de lo social a lo funcional, y de lo lúdico a lo práctico) desemboca ahora en las Meta Ray-Ban Display: las primeras gafas de Meta con pantalla integrada y control biométrico a través de la pulsera Neural Band, que por fin ponen la información delante del ojo sin necesidad de sacar el móvil del bolsillo y, aparentemente, de forma accesible.

Presentación y contenido del pack

Meta ha estrenado sus primeras gafas con pantalla integrada: las Meta Ray-Ban Display. Mantienen el look clásico de Ray-Ban, pero añaden un visor a color en la lente derecha y una pulsera de control por señales musculares (EMG) llamada Meta Neural Band. El pack incluye las gafas, la Neural Band, un estuche de carga plegable, el cargador de la pulsera, un paño de limpieza, una guía impresa y, según la propia página de producto de Meta, un cable USB-C. Conozcamos sus componentes.

Componentes del sistema

Pantalla: discreta, nítida y sorprendentemente brillante

Uno de los grandes retos de las gafas inteligentes ha sido siempre el mismo: cómo integrar una pantalla realmente útil en un espacio tan pequeño sin que resulte molesta, poco visible o indiscreta para quien la lleva. Meta ha querido dar un golpe sobre la mesa con las Ray-Ban Display, y las primeras pruebas están generando comentarios muy positivos. La pantalla es monocular, situada en el ojo derecho, con una resolución de 600 × 600 píxeles, un refresco que puede llegar a 90 Hz y un campo de visión de unos 20 grados. Sobre el papel parecen cifras modestas, pero en la práctica sorprenden. El brillo es quizá lo más llamativo: entre los 30 y los 5.000 nits, lo que la hace legible incluso bajo el sol de mediodía. Además, el sistema apenas deja escapar luz al exterior (menos del 2%), de modo que para los demás pasa prácticamente desapercibida.

¿Y qué permite hacer? Pues lo esencial: mapas paso a paso, mensajes y notificaciones sin sacar el móvil, subtítulos en vivo y traducciones instantáneas, además de la previsualización de fotos y vídeos para comprobar el encuadre al instante. No es una pantalla para ver una película, pero sí para estas consultas rápidas que marcan la diferencia en movilidad. Quienes las han probado en ferias o presentaciones coinciden en varios puntos: se ve centrada, clara y con buena nitidez, sin la sensación borrosa o forzada que suelen dar otros visores similares.

Cámara, sonido y llamadas

Las Ray-Ban Display suben el listón en cámara integrada, sistema de audio y experiencia de llamadas. No es solo sacar fotos; es capturar, compartir, comunicar… y hacerlo bien.

Lo que prometen sobre el papel:

  • Cámara de 12 MP con ultra gran angular; fotos a 3.024 × 4.032 píxeles.
  • Vídeo hasta 1.440 × 1.920 píxeles a 30 fps, con zoom digital 3×.
  • Audio mediante altavoces abiertos, que mantienen los oídos libres.
  • Seis micrófonos distribuidos para captar la voz en llamadas, dictado y funciones interactivas.
  • Videollamadas bidireccionales: puedes ver a la persona en la pantalla mientras compartes tu punto de vista.

Según las impresiones de quienes han podido usarlas, la cámara rinde muy bien para un dispositivo tan compacto: fotos nítidas con buena luz y un ultra gran angular que facilita captar más escena. En interiores o con poca luz aparece algo de ruido, y el zoom digital de 3× cumple, aunque sin la definición de un zoom óptico. En vídeo, los 30 fps se traducen en secuencias fluidas y útiles para el día a día; aun así, los movimientos muy rápidos o cambios bruscos de iluminación pueden generar artefactos, y la estabilización no siempre corrige las escenas más exigentes.

El audio de altavoces abiertos ofrece gran claridad en llamadas, mensajes hablados o subtítulos en vivo, con la ventaja de dejar los oídos libres para percibir el entorno. En espacios ruidosos obliga a subir el volumen y la música pierde cuerpo, especialmente en graves. Los seis micrófonos captan la voz con buena nitidez incluso con ruido ambiental moderado. En llamadas, el sonido es natural y el dictado funciona bien; con viento fuerte o mucho movimiento la calidad baja ligeramente y puede notarse un pequeño retardo.

La experiencia de videollamadas destaca por su naturalidad: ver al interlocutor en la pantalla mientras se comparte lo que capta la cámara aporta cercanía. El ultra gran angular facilita encuadrar y, para dictado o subtítulos en directo, el sistema responde con solvencia. No todo es perfecto: en condiciones de poca luz la cámara se resiente; pese a que el sonido es de mucha calidad, los altavoces no compiten con auriculares dedicados; el uso prolongado puede generar cierta fatiga visual o física; y, en ocasiones, el dictado presenta un leve retardo. Aun así, el equilibrio entre cámara, audio y llamadas coloca a las Meta Ray-Ban Display en un nivel muy atractivo para quienes buscan integrar comunicación, captura y sonido en un mismo dispositivo.

Pulsera Meta Neural Band: control sin voz ni botones

La Meta Neural Band es una de las piezas más llamativas del ecosistema. No es un accesorio cualquiera: representa años de investigación en electromiografía, la técnica que capta las señales eléctricas de los músculos de la muñeca para traducirlas en comandos digitales. Su historia arranca en 2015 con la startup CTRL-Labs, fundada en Nueva York para explorar el control mediante microgestos invisibles. En 2019, Meta compró la empresa con la idea de integrar esa tecnología en su proyecto de realidad aumentada. Durante años hubo prototipos voluminosos que demostraron que era posible mover un cursor, escribir en un teclado invisible o activar funciones digitales con la intención muscular. En 2024, Meta confirmó un dispositivo comercial, y ha sido ahora, en septiembre de 2025 cuando la Neural Band ha debutado junto a las Ray-Ban Display.

La pulsera llega en tres tallas, está fabricada en Vectran (ligero y ultrarresistente) y cuenta con certificación IPX7. Su autonomía alcanza hasta 18 horas. Interpreta microgestos (como pellizcos entre dedos o giros de muñeca) y los convierte en acciones: desplazarse por menús, seleccionar opciones, hacer zoom, ajustar volumen, dictar respuestas rápidas o manejar accesibilidad (lector de pantalla o zoom). Todo sin botones físicos ni necesidad de hablar. Las primeras pruebas coinciden en que la experiencia resulta muy natural: gestos reconocidos con rapidez y precisión, interacción silenciosa y sensación de control directo. Hay una pequeña curva de aprendizaje: al principio cuesta ejecutar algunos gestos con exactitud, pero la fluidez mejora tras unos minutos. En diseño, la pulsera se siente ligera y cómoda; su integración con las gafas es natural y permite controlar notificaciones, mapas, subtítulos o la cámara sin tocar el dispositivo. Entre las críticas, se señala que la interfaz, en ocasiones, muestra cierto retraso. También se echa en falta, por ahora, la escritura letra a letra, que debería llegar con futuras actualizaciones. Aun con estas limitaciones, la Neural Band marca un antes y un después en interacción: control silencioso, privado y discreto, con gran potencial en productividad y accesibilidad. Es, en definitiva, el primer interfaz EMG orientado al consumo masivo con madurez suficiente.

Autonomía y carga: ¿cuánto duran y qué nos exigen?

Las Ray-Ban Display aseguran unas 6 horas de uso mixto con una sola carga (pantalla, llamadas, navegación, gestos, etc.). El estuche de carga plegable aporta unas 24 horas adicionales, elevando el total a unas 30 horas si se combinan las cargas del estuche con las de las gafas. El estuche, diseñado para llevarlo en el bolsillo, permite recargar “sobre la marcha”.

Quienes las han probado varios días comentan que esa autonomía está pensada para aguantar una jornada larga con uso variado. Cumple siempre que el uso no sea intensivo: videollamadas prolongadas, grabación de vídeo o pantalla activa constante drenan antes la batería. Ahí el estuche se vuelve esencial: sin él, la experiencia dependería de enchufes externos. Con el estuche cargado, se puede afrontar un día completo e incluso prolongar el uso hasta el siguiente, aunque en jornadas muy intensas se llega justo si no se planifican bien las cargas. Para notificaciones, mensajes o navegación ligera, las seis horas son suficientes y el estuche ayuda a olvidarse de cables. Aun así, hay margen de mejora: en usos exigentes la autonomía se agota antes de lo deseado, la carga completa no es especialmente rápida y depender del estuche implica que olvidarlo puede arruinar el día. En conjunto, el equilibrio es razonable: no son gafas para pantalla continua durante horas, pero sí para acompañar el día a día con la tranquilidad de que, con el estuche a mano, no te quedarás sin batería a mitad de jornada.

Tallas y ajuste (fitting)

No basta con elegir color o graduación: el tamaño y el ajuste al rostro son determinantes. Las gafas se ofrecen en dos tallas de montura (Standard y Large), y la Neural Band en tres tallas para adaptarse a diferentes muñecas. Meta exige prueba física en tienda o demo presencial antes de comprar. En Estados Unidos, muchas cadenas solo permiten la venta tras esa prueba; en la web oficial puede reservarse cita para fitting. Quienes las han probado coinciden en que la demo marca la diferencia: en rostros no muy anchos, la talla Standard suele ir bien; en caras más amplias, la Large ofrece mayor confort y evita presión en sienes o apoyos incómodos de las patillas. Aunque la montura añade grosor por la pantalla, con la talla adecuada y patillas bien ajustadas no resulta incómoda durante horas. Elegir mal la talla puede provocar deslizamientos al caminar y afecta a la calidad del display: si las gafas no están bien posicionadas, la imagen se ve peor, puede reflejar más luz o perder alineación.
Por otra parte, un ajuste correcto de la Neural Band mejora notablemente la fiabilidad de los gestos; si queda suelta, las señales son menos precisas. Sobre el tipo de cierre o sistema de ajuste, Meta no ha proporcionado detalles específicos: no se ha confirmado si emplea velcro, hebilla, cierre magnético u otro mecanismo. Lo que sí se ha destacado es que está pensada para ser cómoda en un uso continuado y que el ajuste depende más de la talla elegida que de un sistema de sujeción complejo.

Graduación, conectividad, resistencia y peso

Las Ray-Ban Display admiten lentes graduadas entre −4,00 y +4,00 dioptrías en ópticas certificadas, lo que permite a muchas personas usarlas con su corrección visual. En conectividad, integran Wi-Fi 6 y Bluetooth 5.3 (la Neural Band usa Bluetooth 5.2), con buena velocidad, latencia y estabilidad para streaming, sincronización de audio y gestos. En resistencia, las gafas son IPX4 (salpicaduras, lluvia ligera, sudor) y la pulsera IPX7 (inmersión breve). En peso, las gafas rondan los 69–70 gramos, la pulsera unos 42 gramos y el estuche 169 gramos. No son ligeras para ser gafas: se nota tras varias horas, especialmente si vienes de usar monturas livianas. La existencia de dos tallas ayuda a repartir mejor la presión; de lo contrario, puede notarse en nariz y sienes.

En la práctica

  • La graduación compatible evita duplicar gafas y reduce molestias visuales.
  • La conectividad se percibe fluida siempre que la señal sea buena.
  • La resistencia es adecuada para el día a día; con lluvia fuerte o agua directa, conviene precaución.
  • El peso pasa factura en trayectos largos si el ajuste no es perfecto.

Prometedoras herramientas de accesibilidad visual

Las Meta Ray-Ban Display incluyen opciones de accesibilidad pensadas para usuarios ciegos o con baja visión. Desde la app móvil de Meta AI pueden configurarse funciones como son la corrección de color, el tamaño de texto, el lector de pantalla o la activación de zoom. Todo se gestiona desde el móvil y se controla después con la Neural Band o el panel táctil de las gafas. Veamos como se configurarían en la app estas opciones de accesibilidad para hacernos una idea de cual es su estado actual.

Pasos para activar y ajustar la accesibilidad visual:

  1. Abrir la aplicación Meta AI en el móvil y tocar el icono de gafas (abajo a la derecha).
  2. Pulsar el icono de ajustes (rueda dentada).
  3. Deslizar hacia “Visión”, dentro de “Accesibilidad”.
  4. Ajustes disponibles:
    • Tamaño y grosor del texto.
    • Corrección de color.
    • Lector de pantalla (velocidad y tono de voz).
    • Ampliación (nivel de zoom).

Cómo usar el lector de pantalla:

  • Con la Neural Band: deslizar el pulgar para moverse por elementos; tocar con el índice para oír un elemento; pulsar dos veces con el índice para seleccionar o activar.
  • Con el panel táctil: deslizar un dedo para cambiar de elemento; tocar una vez para escuchar; pulsar dos veces para seleccionar o activar.

Cómo usar la ampliación:

  • Con la Neural Band: tocar tres veces con el índice para encender o apagar; con la ampliación activa, deslizar con el pulgar o mantener pulsado con el índice y mover el brazo para desplazarse.
  • Con el panel táctil: tocar tres veces con un dedo para activar; con la ampliación activa, deslizar en cualquier dirección para moverse por la pantalla ampliada.

Visita el sitio web de Meta para ampliar la información.

Además, posee también todas las opciones de accesibilidad heredadas de las Ray-Ban Meta, como el uso por comandos de voz del chatbot del modelo de inteligencia artificial Llama 4, la descripción detallada de imágenes, la posibilidad de solicitar el servicio de voluntariado de BeMyEyes o recibir asistencia vía “streaming< mediante llamadas de voz y vídeo por WhatsApp y otras redes compatibles.

Sobre el diseño y la estética de gafas y pulsera

El diseño es el rasgo que más opiniones encontradas genera. Mantienen el ADN clásico de Ray-Ban con montura de líneas cuadradas y robustas, pero no son unas gafas corrientes. La frontal negra brillante transmite resistencia y cierta frialdad tecnológica. Las patillas, más gruesas de lo habitual, pasan del negro a un gris metálico con reflejos cobrizos, rompiendo la discreción y dejando ver que hay electrónica. En las patillas se aprecian rejillas y pequeños puertos (micrófonos, sensores y controles táctiles) y bisagras reforzadas. En la parte delantera destaca la cámara junto a la lente derecha, con su LED indicador. Las lentes, azul oscuro ahumado en los modelos de prueba, aportan un aire urbano y esconden la pantalla interna monocular, invisible desde fuera y muy útil desde dentro.

La pulsera Neural Band tiene un diseño más técnico: ligera, con material texturizado tipo Vectran en negro mate con destellos metálicos. En la muñeca se siente como un periférico electrónico más que como una joya. El módulo central sobresale ligeramente con un LED de estado, y el cierre recuerda al de pulseras deportivas, ajustable y práctico. La estética transmite solidez y utilidad.

El conjunto (gafas y pulsera) destila modernidad y robustez. No pretende pasar desapercibido: luce la tecnología que lleva dentro (logo de Meta, cámara frontal, grosor de la montura). Para algunos, rompe la elegancia clásica; para otros, es un valor añadido y un signo de identidad. En la calle, las gafas generan miradas: más voluminosas que unas Ray-Ban estándar y con detalles tecnológicos visibles. Esa visibilidad es, a la vez, fortaleza y debilidad: quien busque discreción puede verlas llamativas; quien se sienta cómodo como early adopter las llevará como insignia.

Compatibilidad de apps y SDK de desarrolladores

De salida, las Ray-Ban Display llegan con integración directa para mensajería y llamadas a través de WhatsApp, Messenger e Instagram, dejando fuera a iMessage, al menos por ahora. En paralelo, Meta ha puesto en manos de los desarrolladores el Wearables Device Access Toolkit (SDK), pensado para que terceros puedan crear aplicaciones e integraciones a medida. No todas las funciones estarán disponibles desde el primer día: la compañía marca un equilibrio entre lo nativo y lo abierto. Así, mientras las apps preinstaladas garantizan lo esencial, el SDK promete habilitar experiencias más avanzadas, como retransmitir vídeo en primera persona o aprovechar cámara y audio. En esta fase inicial, sin embargo, algunas capacidades quedan restringidas —por ejemplo, el envío directo de imágenes al display o el acceso completo a los gestos de la Neural Band—, lo que genera un escenario mixto: potencial enorme a medio plazo, pero también cierta frustración inmediata, especialmente para usuarios de iPhone, que verán limitadas alguna de sus posibilidades.

Disponibilidad, precio y colores: qué ofrecen y cómo se reciben

No son unas gafas cualquiera: pantalla integrada, cámara, audio y pulsera de control gestual implican precio premium y lanzamiento selectivo. En Estados Unidos, el precio de salida es de 799 dólares, incluyendo la Neural Band. Se ofrecen en dos colores de montura, Black (negro) y Sand (arena), con lentes Transitions que ajustan su tinte según la luz. El lanzamiento inicial en EE. UU. está fijado para el 30 de septiembre de 2025 en tiendas físicas seleccionadas (Best Buy, LensCrafters, Sunglass Hut y tiendas Ray-Ban). No es un lanzamiento global: la expansión a Reino Unido, Francia, Italia y Canadá está prevista para 2026. Desafortunadamente, España no figura en esta primera ola.

El precio ha generado debate: es elevado, comparable al de un móvil de gama alta. Quienes han visto demos consideran que el conjunto de funciones y el salto en innovación pueden justificarlo para quienes valoran diseño y una experiencia diferente. Que la Neural Band vaya incluida suma valor. La sobriedad de los colores, con un aire clásico cercano a Wayfarer, ayuda a integrarlas en entornos sociales sin llamar en exceso la atención. La venta en tienda física permite probar ajuste, comodidad, display y gestos antes de decidir, lo que transmite confianza. La contrapartida es la disponibilidad: por ahora, solo EE. UU.; la llegada a otros mercados se retrasará y en Europa pueden sumarse impuestos y aranceles. La oferta inicial de colores es limitada y, aunque las lentes Transitions son prácticas, algunos preferirán alternativas que implicarán acudir a ópticas certificadas y asumir costes extra.

Cómo valoramos desde Infotecnovisión las gafas y su pulsera

Una vez más, desde Infotecnovisión vamos a opinar sobre dispositivos que no hemos visto físicamente, oído, olido, degustado o tocado. Aun así, lo que hemos investigado sobre estos, nos resulta muy atractivo
Meta ha puesto toda la carne en el asador con las Ray-Ban Display y la Neural Band, y lo cierto es que este movimiento se siente como un punto de inflexión. No hablamos ya de unas gafas con cámara y audio, sino de un ecosistema completo que mezcla pantalla, control biométrico y promesas de accesibilidad. Desde fuera puede parecer un capricho de early adopter, pero visto desde la óptica de quienes convivimos con una discapacidad visual, la jugada tendría mayor calado.
Lo que seduce es evidente: accesibilidad de serie. Que se hable de lector de pantalla, zoom o corrección de color en unas gafas de consumo masivo no es menor; es un gesto estratégico y tecnológico a la vez. La Neural Band es quizá lo más revolucionario: interpretar microgestos invisibles para manejar notificaciones, mapas o subtítulos sin depender de botones ni voz. Para un usuario ciego, esto significa discreción en público, control en silencio y una interacción que se acerca a la naturalidad que tantas veces echamos de menos en otros dispositivos.
Otro acierto es la apertura al ecosistema. El SDK de desarrollo promete convertir estas gafas en algo más que un escaparate de notificaciones: hablamos de abrir la puerta a un OCR dedicado como el de la app Seein AI de Microsoft, reconocimiento de semáforos como el que realiza la app OKO, lectura de etiquetas accesibles como los de NaviLens, o integración directa con todos los servicios que ofrece Be My Eyes. Si Meta cumple, podríamos estar ante la primera plataforma de gafas realmente moldeable a las necesidades de accesibilidad.
Pero no conviene dejarse llevar por la euforia. La autonomía sigue siendo un lastre: seis horas de uso intensivo no cubriría una jornada de alguien que necesita las gafas como asistente continuo. Tampoco ayuda el fitting obligatorio en tienda, que puede ser una barrera para usuarios ciegos fuera de Estados Unidos, obligados a depender de viajes o intermediarios. Y luego está el diseño: voluminoso, llamativo, con cámara visible y logo de Meta en primera fila. Para algunos será una insignia tecnológica; para otros, un recordatorio incómodo de que la discreción aún no forma parte del ADN de Meta.
Lo que esperamos va más allá de la estética: necesitamos apps nativas pensadas para accesibilidad. Un lector de pantalla integrado está bien, pero no basta. Hace falta un OCR fiable, navegación urbana precisa, descripciones contextuales de escenas y compatibilidad fluida con asistentes de voz. Y, sobre todo, que Meta siga afianzando su compromiso real con la comunidad de usuarios: escuchar, iterar y entregar funciones que vayan más allá del marketing.
En definitiva, las Ray-Ban Display y la Neural Band son promesa y contradicción a partes iguales. Promesa, porque por primera vez la accesibilidad visual entra en el debate de la electrónica de consumo como un argumento de peso. Contradicción, porque el producto aún tiene demasiadas costuras para ser ese asistente cotidiano que muchos esperamos. Meta ha abierto una puerta; ahora la cuestión es si se atreverá a cruzarla de la mano de quienes más necesitamos que lo haga. De todas formas, agradecemos enormemente a Meta que haya iniciado este camino.
En síntesis, Meta Ray-Ban Display y Neural Band representan un salto claro en gafas inteligentes. Ambiciosas y visibles, traen funciones que hasta ahora sonaban a ciencia ficción. El gran interrogante es el equilibrio entre diseño y discreción. Más allá de eso, la apuesta de Meta coloca la accesibilidad en el centro de la experiencia. Desde Infotecnovisión, lo celebramos y seguiremos su evolución con atención.

CATÁLOGO DE GAFAS INTELIGENTES DE META.

Meta ha ido construyendo poco a poco un catálogo de gafas inteligentes que mezcla moda, deporte y tecnología avanzada. Con las primeras Ray-Ban Meta (Gen 1) de 2023 apostó por mejorar lo que antes eran unas gafas con cámara sencilla: ofrecían mejor autonomía, un sistema de audio más pulido, cámara de 12 MP y un diseño fiel al estilo clásico de la marca, con un precio de su modelo estándar de US\$ 299 (€329) que las hacían atractivas para quienes querían dar el salto sin complicarse demasiado. Dos años más tarde, en 2025, ha llegado la segunda generación con el nombre de Ray-Ban Meta (Gen 2), con micrófonos mejorados, mayor estabilidad en llamadas, más opciones de lentes y monturas, y una experiencia más cómoda en el día a día, manteniendo el formato de gafas de vestir pero con funciones cada vez más prácticas con un precio básico de US$ 379 (€419). En paralelo, Meta decidió aliarse con Oakley para abrir un camino claramente deportivo: primero con las Oakley Meta HSTN, pensadas para un uso outdoor, resistentes y ligeras cuyo modelo estándar tiene un precio de $399 (€489), y más tarde con las Oakley Meta Vanguard, presentadas este mes, que ya se sitúan en la franja de los 499 dólares (€549) e incluyen un diseño envolvente, lentes intercambiables y una orientación clara al mundo del deporte y la actividad física intensa. El paso más ambicioso ha llegado con las Meta Ray-Ban Display, también presentadas este mes, que por 799 dólares incorporan por primera vez una pantalla visible en la lente derecha y la Neural Band como pulsera de control por gestos musculares como hemos comentado en este post.
Así, Meta ha configurado una gama que va desde gafas de vestir con aire clásico y funciones sociales, pasando por modelos deportivos resistentes y preparados para exteriores, hasta llegar a unas gafas con pantalla que materializan la promesa de la realidad aumentada en formato de consumo.

Nota: toda las fuentes que se han utilizado para elaborar este post supuestamente son fiables, de cualquier manera, como no hemos probado personalmente los dispositivos podría haberse cometido alguna imprecisión.

Agradezco a Adriana Madrigal, Jaime Franco, Marco Serrano, Enrique Ferrer y a Angel Calle su valiosa contribución en este post.

Autor: Ricardo Abad

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